Al menos 180 migrantes esperan en un pueblo costero del Caribe panameño la orden para embarcarse rumbo a la frontera con Colombia. Esta nueva ruta parece ser una opción oficial para acelerar su retorno a Suramérica después de no lograr establecerse en Estados Unidos.
Al menos 180 migrantes esperan este miércoles en un pueblo costero del Caribe de Panamá la orden para abordar un barco con destino a la frontera con Colombia. Esta nueva ruta parece ser una alternativa oficial para agilizar su regreso a Suramérica tras no lograr establecerse en Estados Unidos.
El optar por esta ruta marítima se debe a las características geográficas de Panamá, donde la selva del Darién obstruye el acceso por carretera hacia Colombia. Para eludir el cruce de esta arriesgada jungla, los migrantes eligen el transporte marítimo, aunque anteriormente lo hacían en pequeñas embarcaciones desde la costa de Guna Yala.
En esta ocasión, no obstante, el traslado se realizará en un barco de madera de mayor tamaño con una sección cubierta, lo cual permitirá llevar a más pasajeros y cubrir una distancia mayor en un solo viaje.
Esta vez, sin embargo, el traslado será en un barco de madera de mayor tamaño y con una zona cubierta, lo que permitirá transportar a más pasajeros y recorrer una distancia mayor en una sola travesía.
En su recorrido hacia el norte, Milagros sufrió un robo en Guatemala y permaneció cuatro meses en México esperando una cita para ingresar legalmente a Estados Unidos, cita que nunca se materializó. A causa de las restricciones migratorias impuestas por Donald Trump y al no hallar una vía de entrada regular, optó por regresar a Venezuela con su hija y su sobrina.
Durante su viaje hacia el norte, Milagros fue víctima de un robo en Guatemala y pasó cuatro meses en México esperando una cita para ingresar legalmente a Estados Unidos, la cual nunca llegó. Debido a las restricciones migratorias impuestas por Donald Trump, al no encontrar una forma de entrada regular, decidió regresar a Venezuela junto a su hija y su sobrina.
Milagros cuenta que el viaje en autobús desde Costa Rica hasta un albergue cercano a la selva del Darién les costó 60 dólares, y otros 35 dólares para llegar al punto en el que ahora se encuentran. Según les han informado, deberán pagar 200 dólares por el trayecto en barco hasta La Miel, desde donde tomarán otra embarcación hacia Necoclí, en Colombia.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, expresó en una conferencia de prensa el martes que algunos migrantes han estado haciendo este tránsito de manera irregular, contratando embarcaciones por medio de plataformas en línea. Para prevenir el tráfico de personas, las retenciones forzadas y posibles extorsiones, el gobierno ha implementado medidas para regularizar el proceso.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, mencionó en una rueda de prensa el martes que algunos migrantes han estado realizando este trayecto de manera irregular, contratando botes a través de plataformas en línea. Para evitar el tráfico de personas, la retención forzada y posibles extorsiones, el gobierno ha tomado medidas para regularizar el proceso.