La incorporación de inteligencia artificial (IA) en el ámbito público en México ha experimentado un notable aumento en tiempos recientes. No obstante, este progreso tecnológico ha venido con inquietudes sobre la claridad y la responsabilidad en su aplicación dentro de las entidades del gobierno.
La implementación de la inteligencia artificial (IA) en el sector público mexicano ha crecido significativamente en los últimos años. Sin embargo, este avance tecnológico ha estado acompañado de preocupaciones relacionadas con la transparencia y la rendición de cuentas en su uso por parte de las instituciones gubernamentales.
Un grupo de investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) ha encontrado no menos de 119 aplicaciones de IA funcionando en los tres poderes de la Unión y en las diversas instancias del gobierno en México. Estas herramientas incluyen desde chatbots para atención al público hasta sistemas de análisis de datos para apoyar la toma de decisiones. No obstante, lograr acceso a información específica sobre estas aplicaciones ha resultado complicado debido a la falta de transparencia y a la reticencia de ciertas entidades a ofrecer datos claros sobre su utilización y operación.
Retos en la claridad y disponibilidad de la información
Desafíos en la transparencia y acceso a la información
Confusión y escasa comprensión sobre la IA
Desinformación y falta de comprensión sobre la IA
Aspectos éticos y peligros relacionados con el uso de la IA
El empleo de IA en el ámbito público ha dado pie a discusiones éticas relacionadas con la privacidad, la transparencia, la rendición de cuentas y el derecho al acceso a la información. La falta de claridad en los algoritmos puede minar la confianza de los ciudadanos en estas herramientas, especialmente si no se conocen los criterios que guían su funcionamiento o si existen sesgos que podrían desembocar en decisiones discriminatorias. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, se adoptaron chatbots como «Susana Distancia» y «Dr. Armando Vaccuno» para proporcionar información a la población. No obstante, surgieron inquietudes éticas sobre la transparencia y privacidad en su implementación, lo que resultó en una baja confianza y menor uso por parte de la población.
Urgencia de un marco regulatorio apropiado
Necesidad de un marco regulatorio adecuado
La falta de transparencia en el uso de IA por parte de los gobiernos resalta la necesidad de establecer marcos regulatorios que garanticen la auditabilidad y responsabilidad en el uso de estas tecnologías. Es esencial analizar las legislaciones en diferentes ámbitos e identificar cómo podrían ser utilizadas adecuadamente para garantizar que la implementación de IA respete los derechos de la ciudadanía y opere de manera ética y transparente.