La artista de cerámica de Argentina, Victoria Morando Espiaut, nos invita a considerar con atención la relación entre los métodos antiguos de la alfarería y la vida moderna. Invitada por la Escuela Nacional de Cerámica (ENC) en México, ella expresa su perspectiva sobre cómo los métodos tradicionales podrían guiarnos hacia una vida más consciente y balanceada con nuestro ambiente.
Un legado perdurable que supera los siglos
Morando Espiaut enfatiza la importancia de reconocer las piezas creadas por los pueblos originarios, no solo por su valor estético o técnico, sino como manifestaciones de una cosmovisión que promovía el equilibrio con la naturaleza. Su enfoque se basa en la idea de que, al comprender y respetar estas tradiciones, podemos encontrar respuestas a las preguntas fundamentales sobre nuestra identidad y propósito en el mundo actual.
Métodos antiguos en el uso actual
La artista describe su proceso de trabajo como una forma de honrar las prácticas tradicionales. Recolecta la arcilla a mano, la prepara con agua y realiza el aplanamiento utilizando los pies. Las piezas son moldeadas y bruñidas con piedras, luego cocidas en un horno construido por ella misma durante cinco horas. Posteriormente, las cubre con aserrín para lograr una reducción que les otorga una tonalidad negra, y finalmente las lustra con cera de abeja.
Este método no busca simplemente replicar técnicas antiguas, sino establecer un vínculo con la visión cosmogónica de las culturas que las originaron. Morando Espiaut considera que al crear una vasija, se toma y se da nueva forma a la memoria ancestral, permitiendo que este conocimiento siga vivo en el presente.
Reflexión sobre la apropiación cultural
La ceramista también aborda el tema de la apropiación cultural, destacando la necesidad de acercarse a estas tradiciones con respeto y comprensión. Señala que no se trata de copiar estilos o técnicas, sino de entender el contexto y la cosmovisión que les dieron origen. Al hacerlo, se evita la trivialización de prácticas culturales profundas y se promueve un diálogo auténtico con el pasado.
Un llamado a la reflexión y a la transformación
Morando Espiaut nos impulsa a pensar en la manera en que nuestras acciones personales afectan el estado presente del mundo. Resalta que numerosas culturas del pasado coexistían armoniosamente con la naturaleza, considerándose elementos de un orden universal. Con la pérdida de esa percepción, hemos alcanzado un punto de devastación considerable del planeta. Por ello, sugiere que al volver a las tradiciones antiguas, podemos descubrir formas de vida más sostenibles y con sentido.